martes, 22 de noviembre de 2011

pintura

Pintura

La adoración de los Reyes Magos, pintura anónima realizada entre 1740 y 1760, perteneciente a la Escuela cusqueña de pintura. Es una representación mestiza de una célebre pintura de Rubens.
En la etapa inicial del virreinato la pintura recibió, aparte de la evidente influencia española, una determinada influencia italiana, debido a la llegada de muchos artistas de ese país al Perú. El primer italiano en llegar fue el jesuita Bernardo Bitti, quien desde 1575, difundió su obra por todo el virreinato, a pesar de que su taller se encontraba en Lima. Con la llegada de Bitti se produce la época de mayor auge de la influencia del renacimiento italiano en el virreinato. Junto al maestro jesuita Bernardo Bitti destacan, dentro de la corriente italiana llegada al Perú, Mateo Pérez de Alesio y Angelino Medoro.
Con los años la influencia del barroco llegó al virreinato peruano con las pinturas encargadas por el convento de Santo Domingo al gran pintor sevillano Miguel Güelles. Sus obras reunidas bajo la serie La muerte de Santo Domingo tuvo un impacto profundo en el medio limeño, pues su naturalismo e idealismo fueron las características comunes en las pinturas locales del siglo XVII. En este siglo la proliferación de aristas españoles propició la apertura de varios talleres no solo en Lima, sino también en las principales ciudades del virreinato peruano. Estos talleres tuvieron en Zurbarán (artista español, 1598-1664) uno de sus principales referentes. Muchos de sus cuadros fueron copiados o sirvieron de molde para nuevas producciones. De igual manera, algunas de sus obras llegaron al Perú y fueron motivo de orgullo y satisfacción para la orden religiosa que lo había encargado (En Lima algunas de sus obras se pueden apreciar en el iglesia de la Buena Muerte).
En el siglo XVII, surgió una pintura mestiza, cuya máxima expresión sin duda se dio en el Cuzco; convirtiéndose así en uno de los referentes pictóricos más importantes del virreinato. La presencia de Bernardo Bitti (1583-1585 y 1596-1598) en el Cuzco tuvo un gran impacto en la plástica cusqueña. Sin embargo, a pesar de que el "movimiento italiano" fue base para muchas de las obras producidas en esta ciudad, lo cierto es que se empezó a dejar elementos y a incorporarse otros propios de la región. En otras palabras, se desarrolló con los años una personalidad y lenguaje diferenciado que sin duda reflejan la personalidad de los pintores (la gran mayoría andinos y mestizos) y también cual era su base de inspiración (fue Rubens el artista predilecto por los talleres cusqueños), dando así lugar al estilo denominado “Escuela cuzqueña de pintura“; que se caracteriza por el colorido brillante y profusa riqueza de los retratos y marcos. Sus principales representantes fueron: Diego Quispe Tito, Basilio de Santa Cruz Pumacallao, Juan Espinoza de los Monteros, Marcos Zapata, Basilio Pacheco; aunque la mayoría de los obras de esta escuela es de artistas anónimos fueron los verdaderos impulsores de la corriente cusqueña pues a su trabajo le añadieron los elementos propios de la cultura local.
Durante el siglo XVIII, Lima continuó produciendo pinturas barrocas de gran influencia hispana. Sin embargo el arte ya no fue exclusividad de la iglesia. La corte virreinal y la nobleza tuvieron acceso a la pintura a través de los retratos. Estas pinturas eran más festivas y con un lenguaje pictórico mucho más profuso que el del siglo anterior. Las pinturas de Cristóbal de Lozano y Cristóbal de Aguilar son las más afamadas, pues retrataron a los virreyes más importantes del siglo de las luces.

sociedad amantes del pais

Sociedad de Amantes del País

La Sociedad Académica de Amantes del País fue fundada en Lima el año de 1790. Uno de sus principales iniciadores fue el milanés José Rossi Rubí, quien al establecerse en Lima (1786) conoció a José María Egaña, Demetrio Guasque e Hipólito Unanue. Luego de comprobar su común interés por las inquietudes intelectuales de la Ilustración, acordaron formar una Academia Filarmónica.
Ante una interrupción de las sesiones, dos años después los miembros renovaron sus tertulias nocturnas, aumentaron su número y decidieron presentar sus disertaciones por escrito. Se constituyó entonces una Sociedad Económica a semejanza de la Vascongada, y de otras que se formaron en España en tiempos de Carlos III.
Solicitaron autorización para editar un periódico destinado a difundir las disertaciones académicas, titulado Mercurio Peruano (1791-1794). El propio virrey Francisco Gil de Taboada, le extendió su aprobación (19 de octubre de 1792), a la vista del "acierto e ilustración de las obras" insertas en sus páginas y "la aceptación general que han merecido", y nombró como su protector al alcalde de corte Juan del Pino Manrique.
Según los estatutos debía componerse de 30 académicos, 21 de ellos de Lima. Para ser socio debían pronunciar un discurso que sería aprobado por mayoría. Al incorporarse, el socio pronunciaba otro discurso. Los censores examinaban las producciones y las aprobaban para su publicación. Las armas de la Sociedad eran una pirámide con la inscripción Patria et inmortalitate.
Fueron sus miembros:

La Sociedad en la actualidad

En la actualidad la Sociedad de Amantes del País ha logrado reconstituirse gracias al trabajo continuo de un grupo de destacados profesionales y jóvenes universitarios de la Universidad de Lima, PUCP, UNMSM, Universidad San Martín y UNI, organizados por el catedrático Dr. Walter Brunke Ríos, actual Presidente de la Sociedad Amantes del País. www.sociedadamantesdelpais.org

expediciones cientificas

lA EXPEDICIÓN DE LOS ACADÉMICOS *
La expedición de los académicos, tuvo su origen y su inspiración, cuando la Academia de Ciencias de París, Francia, decidió enviar a las regiones ecuatoriales de América del Sur, una expedición científica, para medir un grado del meridiano, para de esa manera comprobar la verdadera forma de la tierra y determinar exactamente la longitud, necesaria para la cartografía, la navegación y la cosmografía.

La expedición de los académicos estaba compuesta, además de su presidente, el sabio Godin, por Bouquer, Carlos María de la Condamine, de Jussieu, Verguin, Morainville, Godin des Odonnais, Servieques y Hugo. A la famosa expedición se añadieron en España, dos peninsulares, los tenientes de navío Jorge Juan y Antonio de Ulloa.

Aprovechando la presencia de la expedición, Jorge Juan y Antonio de Ulloa, visitaron Quito, el Perú y Chile, y fruto de estos acuciosos viajes y observaciones fueron dos libros muy importantes: la "Relación Histórica de un Viaje a la América Meridional", publicado en Madrid en 1748 y las "Noticias Secretas de América", informe privado y secreto que ambos oficiales hicieron bajo las instrucciones del Marqués de la ensenada y en que constataron la realidad sorprendente y dolorosa de la Colonia Peruana, y en sus páginas se comprobó la lamentable situación de los indios, sometidos a la más inhumana explotación, los abusos tremendos de los corregidores, el daño que hacían las mitas y los obrajes, y el descontento y aun odio que sentían los criollos por los peninsulares, etcétera.

la escultura

Escultura

La escultura, al igual que todas las artes, fue introducida al virreinato peruano por la iglesia. La escultura virreinal produjo obras maestras, tanto por las delicadeza y minuciosidad en los detalles, como por la magnifica expresión del conjunto. Se esculpieron, mayormente, imágenes religiosas, para embellecer los altares, en los que predominaba el dorado y la policroma; igualmente, otras estatuas de santos, como aquellas que adornan las fachadas de los templos, a la vez de altares, púlpitos y confesionarios. En todos los casos se empleó mayormente, la madera y excepcionalmente la piedra. La presencia de maestros españoles durante el siglo XVI y principios del XVII consolidó a Lima como importante fuente de producción escultórica.
Baltazar Gavilán. Cristo, siglo XVIII.
Entre las más importantes escultures del virreinato figuran Juan Martínez de Arrona, excelente ebanista especializado en cajonería religiosa. Su obra más importante es la Cajonería de la Catedral (1608) realizada bajo los cánones del renacimiento pues debía armonizar con el estilo de Francisco Becerra, alarife de la catedral. Otro importante escultor fue Pedro de Noguera, autor de la Sillería de la Catedral (1532), acaso la obra escultórica más bella de Lima construida en el siglo XVII. De los talleres del andaluz Juan Martines Montañéz (1568-1649) destaca el retablo del Monasterio de la Concepción (actualmente se encuentra en la Catedral de Lima). Este gran retablo describe en sus relieves la vida San Juan Bautista y fue enviado, desde Sevilla, durante 15 años a la Ciudad de los Reyes (1607-1622).
Otra obra importante es la escultura de Melchor Caffa titulada "El tránsito de Santa Rosa" (1699). De origen maltés, Caffa se educó en Roma, por lo que la obra en honor a la santa peruana posee bastante parecido con la Santa Teresa de Bernini.
En el siglo XVII, ocupa un lugar especial la obra del mestizo Baltazar Gavilán. Con un manejo exquisito del barroco, sus obras imprimen un realismo sin precedentes en la plástica peruana. Destacan La dolorosa realizada para el convento de San Francisco y La Muerte, para la iglesia de San Agustín. De 1.95 m, esta escultura representa el fin de la vida (esqueleto con un arco y flecha en la mano) y según una tradición de Ricardo Palma fue el mismo Gavilán víctima de esta obra, pues, cuenta la leyenda, que tras una pesadilla el autor se levantó y a media luz se encontró con la horrible figura de "La muerte", muriendo de la impresión.

arquitectura virreinal

Arquitectura virreinal peruana


Catedral del Cusco de estilo barroco mestizo del plateresco xiloformo.
La arquitectura virreinal peruana, desarrollada en el Virreinato del Perú entre los siglos XVI y XIX, se caracterizó por la importación y adaptación de los estilos arquitectónicos europeos a la realidad peruana, produciendo como resultado una arquitectura original. El uso de sistemas constructivos como la quincha, las ornamentaciones de iconografía andina y soluciones con formas inéditas confieren a la arquitectura virreinal peruana una identidad propia.

Estilo renacentista


Catedral de Lima con portada central de estilo renacentista y torres de definido estilo neoclásico.
En los primeros momentos de la colonia se desarrolló el llamado estilo renacentista, que en Europa se había producido siguiendo la corriente del Renacimiento italiano.
Este estilo se caracterizaba por el empleo de adornos y filigranas que hacen desaparecer las líneas arquitectónicas dándole al edificio la semejanza de un trabajo de cincelado de platería, de ahí el nombre de plateresco y donde se confunde el arte gótico, el arábigo y el románico de la época colonial, siglos XVI hasta mediados del siglo XVII.
Son magníficas muestras de éste estilo en Lima las portadas de la Catedral de Lima y de la Casa de Pilatos. En Ayacucho la portada de las iglesias de San Francisco y La Merced.

Estilo barroco


Fachada de estilo barroco del Palacio de Torre Tagle, con artísticos balcones de estilo mudéjar.
Estilo que se distinguía y caracterizaba por su recargada ornamentación, de líneas predominantemente curvas, que le dan un aspecto de libre movimiento. Predominan los elementos decorativos en las columnas, pilastras (columnas embebidas), cornisas, además de una modificación de las formas clásicas; las columnas griegas pierden su pureza al retorcerles, como gruesas serpientes, sus fustes hasta formar la "columna salomónica" y los adornos adquieren gran exuberancia. Un elemento característico de éste estilo es el "almohadillado" que aparece en los muros de la iglesia de San Francisco en Lima. Este estilo predominó desde mediados del siglo XVII hasta fines del siglo XVIII. Este estilo dio origen al churrigueresco y rococó.
Son representativas muestras del barroco en Lima, el El palacio de los Marqueses de Torre Tagle, las iglesias de San Francisco y San Marcelo. En Cusco la Catedral del Cusco (barroco mestizo), las iglesias de Santo Domingo y San Sebastián. En Arequipa la iglesia de la Compañía de Jesús.

Estilo barroco churrigueresco


Portada principal, de estilo barroco churrigueresco de la Iglesia de la Virgen de la Merced en Lima.
Fue la forma más recargada del barroco y se distingue por el empleo complicado y caprichoso de los adornos en forma exagerada, su propugnador fue un arquitecto español llamado José de Churriguera.
Son magníficas muestras de este estilo en Lima la fachada de las iglesias de la Merced y San Agustín.

Estilo barroco francés o rococó


Fachada de estilo rococó de la Quinta de Presa en el distrito del Rímac.
En el siglo XVIII, con la introducción de la dinastía francesa de los Borbones, llegó a España este estilo que se caracterizaba por los balcones que no son redondeados, la disminución de los adornos en la ornamentación en las columnas (estas son menos retorcidas), sin dejar las características propias del barroco que son el empleo de las líneas curvas y ondulantes.
Son características del estilo rococó la Quinta de Presa, la casas de Larriva (fachada en estilo rococó pero granadino), la casa Trece Monedas (fachada en estilo rococó limeño), Casa Oquendo y el Paseo de Aguas, todas ubicadas en Lima.

Estilo neoclásico


Capilla Central, de estilo neoclásico y de forma octogonal, del Cementerio General de Lima "Presbítero Matías Maestro".
A fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX llegó el estilo llamado neoclásico, que se caracteriza por el predominio de una tendencia hacia el retorno de los estilos clásicos de la arquitectura greco-romana (empleo de columnas románicas con capiteles corintios y sin ninguna ornamentación, líneas rectas y sencillez en las mismas, además de frontis triangular). Era pues, una reacción contra el barroco. Son magníficas muestras de este estilo:
En Lima: El altar mayor y las torres de la Catedral de Lima, la fachada de la iglesia de San Pedro (iglesia de la Compañía de Jesús), el altar mayor de la iglesia de San Francisco, las pilastras de la Casa Oquendo, la fachada del fuerte de Santa Catalina, el Cementerio General.
En Lima el más activo introductor del estilo neoclásico fue el cementerio Presbítero Matías Maestro.

el mercurio peruano

Mercurio Peruano

Portada del primer número del "Mercurio Peruano".
Mercurio Peruano fue un periódico bisemanal publicado en Lima entre 1791 y 1795 y que fue ampliamente difundido por gran parte de Hispanoamérica hasta el siglo XIX. Fue editado por un grupo de jóvenes intelectuales pertenecientes a la Sociedad de Amantes del País, entre los que destacaron Hipólito Unanue, José Baquíjano y Carrillo y José Rossi y Rubí. Fue la segunda publicación creada para Lima, pero aún así fue el más importante periódico editado en el Perú.
Ya bajo la época republicana, se editaron otras dos publicaciones con el mismo nombre, aunque con otro cariz:
  • Un diario de tendencia conservadora, publicado en Lima de 1827 a 1834 y de 1839 a 1840, y que tuvo entre sus colaboradores a José María de Pando, Felipe Pardo y Aliaga, José Joaquín de Mora y José Pérez de Vargas.
  • Una revista mensual de ciencias sociales y letras, fundada por Víctor Andrés Belaunde en 1918. Continuó publicándose aún después de la muerte de su fundador y evolucionó desde un liberalismo racionalista hacia un catolicismo pugnaz.

Contenido

El primer número apareció en enero de 1791 y, de allí en adelante, tuvo el carácter de bisemanario, circulando jueves y domingo. Fue producto de la nueva corriente de pensamiento de la época, llamada Ilustración.
Mayormente, sus autores publicaban ideas liberales, pero con seudónimos para no ser identificados. Fue una publicación de gran influencia, con noticias acerca de lo que sucedía en Lima, Quito, Santa Fe, y La Habana.
Tuvo un total de 411 números y 3.541 páginas en las cuales se podía observar el pensamiento ilustrado europeo y su influencia en la sociedad peruana. Así como las ideas liberales de Unanue, Baquíjano y Rossi, en sus artículos se encontraban recomendaciones a los ciudadanos y a los miembros del país.
En la primera plana del diario figuraba el nombre del mismo, también el nombramiento que era editada con superior permiso, hecho en la Imprenta Real, y tiempo después en la Imprenta de los Niños Expósitos.
No fue un órgano periodístico revolucionario, pero trató de influir en establecer que el Perú era una unidad geográfica, así como una búsqueda de identidad, sea humana o natural. Este tenía como objetivo que la sociedad se diera cuenta de lo importante que era el Perú, mencionado por primera vez con el nombre de "PATRIA", y a través de esa simple identificación se insinuó la idea del separatismo con respecto a la metrópoli.

Difusión

El periódico tenía suscriptores en México, Guayaquil, La Paz, Buenos Aires y Santiago de Chile, entre otras ciudades hispanoamericanas. Los ejemplares eran ampliamente redistribuidos por muchos de los suscriptores, acrecentando su público lector. Cuando el sabio alemán Alexander von Humboldt pasó por Perú, se llevó a Europa una colección completa del periódico, algunos de cuyos artículos hizo traducir.

la universidad en elvirreinato

Educación universitaria

Casona antigua de la Universidad Mayor de San Marcos
La enseñanza propiamente superior se brindaba en las universidades. La enseñanza universitaria en el Perú se inauguró en 1551 con la fundación de la Universidad Mayor de San Marcos en Lima, por obra de los dominicos, la que es considerada la institución de educación superior más antigua del continente americano, y la primera universidad de América que fue oficial y solemnemente constituida, es decir, con todas las formalidades reales y canónicas exigidas en la época.
Otras importantes universidades fundadas en el Perú virreinal fueron:
  • Universidad de San Antonio de Abad en el Cuzco, en 1598.
  • Universidad de San Cristóbal de Huamanga, en 1677.
  • Universidad de San Agustín de Arequipa, en 1714.
En el ámbito de América del sur (Antes de las reformas borbónicas):
  • Universidad de Chuquisaca (alto Perú), en 1634
  • Universidad de Córdoba, en 1664.
  • Universidad de Santiago, en 1738.
  • Universidad de Santa fe de Bogotá
Contribuyeron a la educación, como a la difusión de la cultura en el virreinato peruano, la instalación de la imprenta, en Lima, en 1581, a cargo de Antonio Ricardo. En 1583, previas licencias respectivas, se publicó el primer libro, Doctrina cristiana y catecismo para la instrucción de los indios, escrito en tres idiomas: español, quechua y aimara (consagrado como el primero de su género en América). Otras publicaciones aparecieron en 1594, en tiempos del virrey Hurtado de Mendoza, con motivo de la captura del pirata Hawkins.
Los inicios fueron restringidos pues solo se podía imprimir con el permiso y conocimiento de La Corona. Las obras trataban generalmente sobre temas religiosos y gramática quechua. En el siglo XVII la imprenta aumenta su producción y se imprimen libros de interés médico y crónicas históricas; pero cobraría importancia años después con el ingreso del periodismo.
Portada del primer número del "Mercurio Peruano"
El periodismo propiamente dicho, hace su aparición en la segunda mitad del siglo XVII, con La Gaceta de Lima, que apareció en 1744, su finalidad informativa fue de carácter local, sin proyecciones a mayor ámbito virreinal y solo se publicó hasta 1777. Pero el primer diario, en toda su extensión de la palabra, lo fundo un joven de 26 años llamado Jaime Bauzate y Meza en 1790; se llamó El Diario de Lima, Erudito y Comercial, el cual insertaba en sus páginas variadas noticias, informaciones y avisos (considerado la primera publicación del continente). Al año siguiente en 1791, se fundó el periódico más importante en su jerarquía intelectual, cultural y patriótica, El Mercurio Peruano, auspiciado por La Sociedad de Amantes del País y gran difusor de las ideas de la ilustración. Le siguen El Peruano, El Satélite del Peruano, La Gaceta del Gobierno de Lima, El Peruano Liberal, El Verdadero Peruano, El Argos Constitucional, El Investigador; que fueron los periódicos que circularon casi al terminar el siglo XVII y comienzos del siglo XVIII; todos ellos difundieron las ideas liberales de la ilustración, convirtiéndose en los voceros de la actividad independiente.